El amarillo es el color que se percibe ante la fotorrecepción de una luz cuya longitud de onda dominante mide entre 574 y 582 nm. Se encuentra a la coloración característica de la piel del limón maduro, de la flor del diente de león, de las abejas o del oro.
Se encuentra normalizado en catálogos de colores e inventarios cromáticos, sirviendo este amarillo «estándar» como modelo y referente para el color amarillo. El amarillo estándar puede verse en el recuadro de la derecha, arriba; los valores que se dan debajo corresponden al mismo.
La denominación de color «amarillo» abarca un conjunto de coloraciones o variantes semejantes al color estándar, llamadas amarillentas.
La palabra amarillo deriva del bajo latín hispánico amarēllus, ‘amarillento, pálido’, diminutivo del latín amārus, ‘amargo’. Para el filólogo Joan Corominas, esta asociación de conceptos puede haberse debido a la palidez de los aquejados de ictericia, por ser esta enfermedad un trastorno de la bilis o humor amargo. El uso del término «amarillo» en idioma castellano data del año 1074.
El amarillo, junto con el magenta y el cian, es un color primario sustractivo. Esto significa que cuando se trabaja con pigmentos o tintes de cualquier clase (pinturas, colorantes, tintas) basta con mezclar esos tres colores en diferentes proporciones para obtener todos los demás, con el agregado de negro y ocasionalmente de blanco para lograr una tonalidad más clara o más oscura.
¿Qué significa el color amarillo en la psicología del color?
La psicología del color amarillo es aquella que está relacionada con los efectos que produce este color en el ser humano. El amarillo es un color asociado a la energía, la riqueza, el calor e incluso la felicidad. Además, se trata de un color primario muy utilizado en el ámbito de la publicidad.
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